Llegué a París el 4 de Marzo de 1996, a eso de las diez de la mañana. Vestía botas negras -porque ocupaban mucho espacio en el bolso. Creo que fue la última vez de tres o cuatro que vestí botas- jeans, dos remeras superpuestas y un sobretodo negro. Mi equipaje consistía en un bolso grande, una mochila y mi guitarra. Ya había estado en parís así que me reí de los dos taxistas que ofrecieron llevarme y tomé el autobús. Conecté una vez mas Deep Purple a mis oídos y repasé una película imaginaria de mi vida hasta el momento de bajar de ese avión. Lo que quedaba atrás... una mujer prohibida, otra perdida, amigos, noches de borrachera, un tonto amor y uno anterior, noches de depres y melancolías impropias para un adolescente, tres noches de placer con rameras baratas... mis amigos. La despedida. La mujer prohibida, rubia, bella, con un culito hermoso, muy redondo, su bikini gris, sus ojos claros, la pileta, la noche... la era de la boludez. Lo único que extrañé fue a mis amigos. Las borr