La carta marcada:
Quisiera amarte, con todo mi corazón, darte todo de mi, entregarme entero a tus besos hasta saciar todo tu deseo. Realmente quisiera hacerlo. Pero eso que estas buscando dentro de mí, eso que ansías con todo tu corazón, está roto. Temo que se rompió para siempre. Y aunque te esmeres en juntar los pedazos, en intentar restaurarlo, haciendo un excelente trabajo por cierto, paciente, prolijo, continuo, perseverante, temo que no vas a lograrlo. Sin embargo, aquí estoy, lo que queda de mi es tuyo y te quiero. Voy a acompañarte todo el tiempo que me acompañes; voy a dormir en tus sueños haciendo de cuenta que todo es real, sintiendo, haciendo que me sientas, intentando con fuerzas que valga la pena. Apostando todo lo que queda, "con ojos salvajes". Y no voy a abandonarte hasta que no me abandones. Queda un largo camino por recorrer. Tu mano, mi eterna compañera, leona madre de leones, tu garra es lo único que calma el dolor de mi garganta... yo aliviaré tu tristeza con beso