El Falcon del Amor

Es una pena, que te hayas ido sin saludar. Voy a buscarte, una y otra vez, hasta alcanzarte aunque me digas que no. - Soy aquel que vive, corriendo el riesgo que tiene vivir que pasa los días buscando una razón para morir y no la encuentra. - Es una pena, que haya tanto temor a amar habiendo tantas cosas por las que luchar aunque se tema perder. - no vivir la vida por el temor a fracasar es un suicido en vida llamado subsistir y yo prefiero sufrir. - para sentirme vivo, aunque sea y sin tu amor buscando dia a día la verdad en tu corazon y no la encuentra. - Es una pena, que no quieras mas volver que te de miedo, voy a seguir acechandote. aunque no vuelvas. - Porque: Soy aquel que vive, corriendo el riesgo que tiene vivir que pasa los días buscando una razón para morir y no la encuentra.

Tus ojos ya no me dicen nada mas tus labios ya no me incitan a besar tu cuerpo se hace frío en el aparador donde guardas los sueños por soñar tus manos son ajenas a las mías la estrategia es aburrida en el amor tal vez sentir te haga mal y es una pena yo quería sentirte y ya no. tu sonrisa ya no me causa placer tu recuerdo me enseña a olvidar y la pasión que pudo arder en mi se apaga con la estrella que nunca titiló AJB.

Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá; yo no quiero que viajes al pasado y vuelvas del mercado con ganas de llorar. Yo no quiero vecínas con pucheros; yo no quiero sembrar ni compartir; yo no quiero catorce de febrero ni cumpleaños feliz. Yo no quiero cargar con tus maletas; yo no quiero que elijas mi champú; yo no quiero mudarme de planeta, cortarme la coleta, brindar a tu salud. Yo no quiero domingos por la tarde; yo no quiero columpio en el jardin; lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí. Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan nunca mueren. Yo no quiero juntar para mañana, no me pidas llegar a fin de mes; yo no quiero comerme una manzana dos veces por semana sin ganas de comer. Yo no quiero calor de invernadero; yo no quiero besar tu cicatriz; yo no quiero París con aguacero ni Venecia sin tí. No me esperes a las doce en el juzgado; no me digas “volvamos a empez