A veces, por las tardes, sobre todo las tardes nubladas me acuerdo de tu nombre, de tu rostro, de los besos que ambos compartimos y me siento muy mal, porque sé que ya no estás acá... que no volveré a sentir tu aroma, que no tocaré tu piel que no podré mirarte y escapar de aquello que me atormentaba que no podré abrazarte para sentirte con todo mi ser... otras veces, al amanecer, siento la liberación de no tener que entender qué carajo es lo que te pasa y te deseo un largo viaje, donde quiera que hoy estés... yo miro al frente del camino, nublado o con el sol pensando en las noches de verano que no habremos de compartir en lo fuerte que me siento para nadar lejos de vos... A veces, por las tardes, sobre todo las nubladas yo me acuerdo de vos y sé que vos te acordás de mi de todo lo que fuimos y de todo lo que no pudimos ser... lo que nunca seremos, lo que ya no tiene sentido lo que no vale preguntar ni preguntarse, lo que tiene gusto a engaño y al amanecer... al a