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Mostrando las entradas de junio, 2014

Inevitable.

Es inevitable el contacto de mis labios con la copa de vino, tanto como es inevitable el contacto de mis manos con el teclado a la hora de escribir. Como aquel que tiene hambre pero no sabe de qué, mis ganas de escribir bien saben mejor con vino.  Inevitable tambien es pensar en ella, aunque ya casi no la recuerde, no hay día, no hay momento y menos este, dónde no piense en ella. Inevitable no pensar en ella otra, la ella nueva, y en ellas que se suman a mi vida como pequeñas invasoras de un sueño que no quiso ser y proponen siempre otro juego... uno que juego a gusto, porque me gusta jugar.  Inevitable no pensar en la Argentina, en mis proyectos que parecen cada día más pesados. Inevitable no volver aunque sea un instante a pensar en ella, aunque ya no me acuerde de ella, aunque mi mano suelte el teclado para buscar nuevamente la copa de vino y llevarla a mis labios.  Es inevitable, en la primer oportunidad de pausa perder la vista en un horizonte inexistente delante de mis oj

Like Father Like Son

Chau nro. tres.

Chau Número Tres Te dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando tu confianza te dejo junto al mundo derrotando imposibles seguro sin seguro te dejo frente al mar descifrándote a solas sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces sin mi veteranía pero tampoco creas a pie juntillas todo no creas nunca creas este falso abandono estaré donde menos lo esperes por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás y enseguida te siguen y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote. Mario Benedetti

Un hueco al vacío.

Morocha, bestia, bestial, compañera del camino. Hoy llevas, construyes, crías un hijo nuestro dentro de tu vientre. Hoy construimos juntos un hogar. Uno donde depositar todo el amor que nos fue rechazado. Es algo hermoso eso que estamos haciendo. Sin embargo duele. Sin embargo duele. Hay algo que callamos muy adentro, que guardamos celosamente, algo que no somos capaces de depositar en la mesa de nuestra cena.  Será tal vez ese poquito de alma robada en cada intento anterior. Ese poquito asesinado por la cobardía ajena, pero tambien nuestra.  AJB.