Entradas

Mostrando las entradas de marzo, 2014

Atardeceres que se escapan:

Algunos atardeceres me gustaría fundirme en el horizonte. Irme, con el último deje de Malbec del fondo de la copa. La melodía triste, volviéndose infinita, se llevara la sangre de mis venas y muy lejos de volar por el aire solo de desaparecer será el instante.  Algunas noches me gusta fundirme entre extrañas compañías, extrañas a mi corazón, extrañas a mis pensamientos, a pesar de lo rápido que mi lengua escupe casi siempre las palabras.  Me gusta fundirme entre ellas y jugar al servidor, embriagarlos conmigo, es una suerte de juego de amor este que propongo cuando yo reparto y sirvo. Siempre vuelvo a estar solo cuando finalmente apago la luz.  En mi cama se extraña lo ancho y se pierde la pasión en el calor de un abrazo que ya no calienta. Que ya no abriga grandes sueños. Que no se mece en los mares de ningún viaje al futuro que quisiera transitar. Pero que, al igual que el barco, mi cama surca las aguas de la mar hacia un destino que quizás por concreto no me atrapa tanto co

Martín X: tercer borrador, primeras páginas.

1: Compré este diario en un puesto tipo drugstore de la avenida Young, en la ciudad de Toronto, Canada. El objetivo de esta adquisición es poder saciar cierto hambre de escritura, de ese que me atrapa de tanto en tanto y suele perderse en servilletas al viento. Hoy, me encuentro de paso por esta ciudad, en tránsito entre un vuelo proviniente de Buenos Aires y uno con destino París. Tenía diez horas para conocer esta hermosa metrópolis, de las cuales llovieron ocho, caminé durante la siguiente y aun me queda una. Es muy probable que este diario solo sirva para justificar este paso innesesario más que algún otro propósito del cual, debo confesar, desconozco su objetivo. Ya veremos. Martín X. 22 Marzo 1994. 24 de marzo, París: Un poco de mi historia personal: Podría haber empezado, con mi primer anécdota en este diario, escribiendo algo así como “Querido Diario: hoy desayuné café con huevos revueltos y panceta sobre este mismo escritorio en mi chambre de la Av.