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Mostrando las entradas de abril, 2014

UN AÑO EN PALERMO SEIS EN EL MUNDO...

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UN AÑO EN PALERMO SEIS EN EL MUNDO... El Sábado 17 se termina la sexta temporada de BACCARO BAR. Un año en Palermo, seis en el mundo y VAMOS A FESTEJAR como se merece. Ha sido una historia hermosa, llena de amigos, amigas, noches de curdas, amores, un millar de canciones, algunos odios, muchas risas y unas cuantas lágrimas. Si notan cierto tono de despedida en la redacción, se debe a que la séptima temporada no está en los planes de momento, siempre puede haber sorpresas, siempre puede haber bises, y sin dudas no será un hasta nunca sino un hasta luego. Gracias a todos por tantas aventuras compartidas, espero verlos en esta noche especial para darnos un gran abrazo y una buena mama. El resto depende del destino y de ustedes. Y por favor que no llueva. Aldo Licrock Baccaro Owner manager & bartender

Otra vez.

Había una vez...  Siempre se trata de ser uno mismo, aunque ya no me reconozca en el espejo. Leo las cosas que escribí en ese diario que parece viejo, y ya - tampoco- me reconozco en las palabras. Qué fue de aquel yo mismo que buscaba desesperadamente el amor como si fuese lo único para hacer en la vida, eso de amar.  Supongo que hay cosas que nunca cambian, mi amor por el vino tinto y las empanadas sigue intacto; la rebeldía del pequeño burgués sigue su curso a la gordura física. Aquí estoy, después de los años, sigo diciendo que soy jóven y viejo, aunque ya nisiquiera la primer premisa sea cierta. Soy esto que ha mutado por la inacción en lo que nunca hubiera querido, o tal vez fue lo que siempre busqué. Soy la nada misma, pero con nombre y apellido, soy uno más, pero que aún hoy duda de hacerse cargo. Soy responsable de cómo llegué hasta acá, aunque no era donde quería llegar. Soy lo que soy. Un Don nadie con nombre y apellido, lo peor: en primera persona.  Quise ser tant

Silencio.

Quisiera decirte tantas cosas, tantas... y aun si te tuviera delante callaría, acariciaría tu pelo hacia detrás de la oreja, te miraría a los ojos, luego cerraría los míos y desearía que el tiempo, el mundo, se detuviese.  Quisiera gritarte tantas cosas, tantas... pero si tus dedos se enredaran con los míos entre un par de tazas de café siquiera subiría la vista. Callaría una vez más llevándome esa Pollaroid al cajón de todos esos recuerdos que hacen mal y sin embargo me sacan aún una sonrisa.  Quisiera susurrarte tantas cosas, tantas... al oído que haría mudos mis labios, decirte que aun te amo sería innecesario al el acto donde dejaría caer mi mentón junto a tu hombro mientras mi abrazo te demuestra que todo eso que creías es todavía cierto.  Quisiera contarte tantas cosas... tantas... que no hay palabras suficientes, ni lágrimas que valgan reflejarse en tus pupilas. Tan solo verte pasar sería el mejor silencio nunca contenido, un grito al firmamento que grabarían los vi