Mañana sin más.
... Y llega la mañana con su sol. Poderoso, algo molesto, impertinente. Pero esperanzador. Me pregunto si las cosas podrán corregirse, si es cierto que el destino nos dá la posibilidad de cambiar. Si el tiempo nos dará finalmente la posibilidad del olvido. Si a falta de olvido podré seguir adelante. viviendo. qué vida. Y, claro, amanece, la mañana me saluda desde lo alto del cielo, me sorprende todavía sorbiendo del vino de anoche. Ese que compartí en soledad con mi cena, cuando todavía disfrutaba de una buena película, antes del desvelo, antes de volver a abrir casi sin querer, sin prudencia, sin hacer nada tampoco por impedirlo, el cajón de los recuerdos. Sin hacer nada al respecto. O, tal vez, haciendo lo que no es correcto hacer. Cómo dar un paso adelante, arriba, hacia ningún lado, sin saber realmente donde estamos parados. Qué clase de vida es esa que se vive solo por inercia. Me pregunto sinceramente si existe o solo es fingida por algunos muy astutos. Pasé re