Carta de otoño

Comenzó el Otoño, con los primeros fríos. Tal vez no era este el momento indicado para escribirte, ya que junto a las hojas que empiezan a caer de los árboles de la plaza caen también, como todos los años, un nuevo sin fin de sueños y al menos discutibles utopías que no volverán a crecer en nuevas noches de verano.
Me pregunto donde estás, adonde debo dirigirme, quién es la persona que recibirá mi carta de una botella de alta mar. Cómo saber, si vos también te convertiste. Si ya realizaste la mitad de los planes que juntos pensamos en un último suspiro infantil y el primero adolescente. Me gustaría confesarte que hoy ha nacido en mi el miedo a que aquellas advertencias de tu parte pudieran tener sustento en este mundo lamentable. El mundo es injusto, es malo, el amor es una mas de todas aquellas palabras que pierden valor mientras pasan los años: libertad, lealtad, honor, respeto, patriotismo se fué tornando en una mala palabra por una u otra razón. Pero, a pesar de todo, no siempre, pero casi, todavía queda vigente la amistad. La amistad se mantiene entre un grupo reducido de colegas, camaradas en la aventura, amigos al fin y al cabo, que cada vez soñamos menos pero que nos juntamos de vez en cuando a disfrutar de haber soñado. Qué es soñar si no es pretender algo que puede no obtenerse o no resultar, está implícito en la empresa del soñar que de llegar a realizarse el sueño se convierte en realidad; qué es soñar si no un mero intento rebelde e inmaduro de no aceptar la realidad. Querer cambiar las cosas tiene un precio alto a la hora de pagar, te vas quedando solo en el camino mientras muchos de tus pares comienzan a pensar que es mejor amar menos y comer mas. Engordan la panza y el deseo siempre presente de abultar la billetera mientras su intelecto y corazón se van vaciando de buenas intenciones para dejar paso a la codicia y el terror, si, porque a pesar de todo viven con terror este sistema perverso que siempre ha de terminar igual, siempre es lo mismo, siempre con miedo a una muerte que siempre, siempre , siempre verdad. Disculpame si soy cursi, pero cuántos han vivido a pleno, cuántos vivieron su vida sinceros con su caminar, cuántos viven su vida realmente.
Yo sigo aquí, otra vez en este punto de partida, que alguna vez estuvo allá, siempre la última vez y siempre sin retorno, pero una y otra vez, como una mala película clase B, vuelvo a volver. Vuelvo a volver. los proyectos parecen mentiras queriendo salir de mis ojos, me duelen, algunos caen convertidos en lágrimas y sé que esos no habrán de volver. He fracasado una vez mas, si, no fuiste la única, mucho menos la última, vez que fracasé. He fracasado una vez mas... amor? qué carajo será aquello que alguna vez pensé que tenia en abundancia, que a pesar de haber obtenido poco pensé que tenía mucho para dar y dar a los demás, qué será de eso de lo que ya casi no queda nada... o ya no queda nada.
Fuí la última generación de un bastón mal cedido y mal entregado, vos fuiste la primera que supo saber que no había que entender mucho para pasar de moda en moda, saliendo casi ileso de las circunstancias mientras las palabras, como: perdón, se entregan como un cheque sin fondo transformada en un virus que infecta a la gente de usurados y usureros. La explotación del hombre por el hombre está prescripta en su creación, pero hemos llegado a niveles que superan la sobredosis de la información, de lo legible, de lo legitimable, de lo comprensible, de lo humano, del hombre. Cayendo en la cuenta de que siempre fuimos animales, la civilización nos trae una y otra vez a este estado salvaje que la hipocresía no nos deja reconocer y hallamos siempre culpables. Pero sin duda matar matamos todos y, los que todavía no morimos, habremos de morir.
Te extraño, extraño las charlas, incluso tu cuota de sarcasmo sobre la esquina del café Tabbac, habría que haber aprovechado de esa época donde todo estaba teñido por la duda, haber pensado, haber reflexionado un poco mas, qué tal si la duda resultase ser la única verdad, la única razonable y posible verdad. La duda. Que triste es reconocer, la ignorancia y la inocencia que me llevó a pensar por momentos que tenía las cosas claras, que sabía algo más que el común denominador y que podía comprender cuestiones de esta vida que indudablemente me dejaron de a pié aquí y ahora, donde estoy, acá. Que triste es reconocerte, confesarte, que tenías razón siendo tan joven y tan perversamente perfecta: la vida es eso y eso es nada, el que sueña algo mas está queriendo escapar de la realidad, quizás porque no tiene los huevos para enfrentarla. Pero yo sigo aquí, comenzando dos otoños, queriendo soñarla, antes de vivirla una vez más, una vez más, una vez más. Otra vez más.
Como verás, llegaron las canas con varios otoños, no perdí el pelo todavía, no más que las mañas, sigo siendo el mismo tonto que una vez te quiso amar, el mismo. Una vez mas heme aquí con las manos vacías insistiendo en cambiar un mundo que no quiere cambiar, insistiendo, poniendo fé y carga ya no tan pesada en las nuevas generaciones que casi vendrán, es una forma de rendirse entero, un retiro honesto, una salida limpia que nos permite mantener la esperanza, otra carta blanca, otro pagaré incobrable, ya institucionalizada, de que lo mejor está por llegar.
All lis one.
Aldo
Aldo Baccaro, otoño 2008 Buenos Aires.

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