Descorazonador.

Desde la oscuridad la luz resulta incandescente
quiero tocarte, no me atrevo, tu alma me recela.
Cómo quieres que continúe con mi vida
si te has quedado con mi corazón.
Pero aquí estoy, descorazonado
continuando... estéril al dolor, invocándote,
re inventándote, dejándote ir nuevamente.

Tapo tu recuerdo con imágenes
que mis sentidos apenas reparan.
Les doy de comer, pero mi alma es hambre.
Mi cuerpo es sombra de mi mente.
Quiero correr hacia el lado contrario
del temor de encontrarte al doblar una esquina.
La ciudad me atrapa y oprime escondiéndome de tus ojos,
aquellos que no me buscan, aquellos que ya no busco.

Me voy perdiendo de vos.
Mientras, me pierdo de mi.
Me pierdo de todos aquellos,
ellos, que recelan del amor.
No entendimos, entendimiento
no es lo que el amor nos ofrece.
Me voy perdiendo en el sinsentido
que me causa tu recuerdo inerte.

Me pierdo en cada copa, en cada beso
en cada camino de piernas abrazadoras.
Ya no quiero encontrarme, solo quiero correr.
Olvidarme, hasta de mi mismo,
por todo aquello que nunca podré perdonarme.
La oscura habitación se llena de luz,
es incandescente, me abruma,
cierro las cortinas y vuelvo a dormirme.

Aldo Baccaro.