EL INMORTAL 8

El inmortal es el que traspasa los límites de la muerte, puede ser no- vivo, puede ser no- muerto..
Parte 1
webcap 8(viene del 7)
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UN DIA DE JUAN

El despertador comenzó a hacer ruido a eso de las seis treinta, pero Juan lo escuchó recién a las siete... siete y diez. Prendió el calefón y abrió el agua para que vaya corriendo. El perro lo seguía por toda la casa molestando su desplazar, le sirvió un plato de comida como para que se entretenga y entro a la bañadera. El agua caía y caía, como cuando cae y cae, como esa lluvia espesa de verano. Juan pensaba en ese día tan parecido a los demás, ese día que estaba comenzando y que no traería nada nuevo. Recalentó una tasa de café en el microondas y prendió la TV para ver el noticiero. Jamas se interesó por las noticias, menos a la mañana, pero le gustaba que algo hiciese ruido a humano mientras se cambiaba. Tomó su café frío como todas las mañanas antes de salir a la calle. Caminó dos cuadras hasta la parada de colectivos y perdió el suyo por quedarse mirando una rubia demasiado llamativa. Tomó el siguiente sin importarle el hecho seguro de que iba a llegar tarde. Entró a la oficina quince minutos atrasado y se sirvió su segundo café del día. Se encontró con su escritorio tal cual lo había dejado el día anterior. Prendió la maquina P.C. y comenzó su actividad: Hacer huevo hasta la hora de comer. Llenó planillas con datos y mas datos, datos vacíos, horas vacías. Almorzó un pedazo de tarta y una coca, de postre el quinto café del día. La tarde la pasó igual que la mañana. Salió del trabajo con el tiempo justo para ir a la facultad. Y otra vez, subte, colectivo; pasó otra hora mas del día, una hora de gente, tumulto, violencia, sexo morboso y todo lo que implica viajar en subte y colectivo en horas pico, hasta durmió una pequeña siesta. Llegó al aula donde tenía clase y se sentó con sus compañeros de costumbre. Intentó tomar interés por las palabras del profesor, pero la verdad es que no podía. No pasó mucho tiempo pensando cómo un profesor podía decir tantas palabras y desplegar todo su vocabulario y no decir nada. Se resignó y pasó el resto de la clase conversando con sus compañeros sobre temas triviales, aunque siempre lo discutan como si fueran a resolver el mundo. Salió en el descanso a tomar el octavo café del día y se encontró con una amiguita que no estaba tan mal... pero no, no era ella la persona que él estaba buscando. Otra vez el colectivo, cerca de las doce de la noche estaba abriendo la puerta de su casa. Como todas las noches entro con es esperanza idiota de que alguien lo esperase con la cena lista, pero se encontró con un vacío profundo: la soledad. Ofendido decidió no cenar y se acostó, como a la hora se durmió sabiendo que el día siguiente sería igual. Lo que no quería reconocer es que Juan era él.

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