Momentos olvidables.

Hay momentos en los que sinceramente logro olvidarte. Perdido en otros brazos; abrazado a otras caderas.  Momentos efímeros donde creo que puedo ser feliz sin respirar el aroma de tu piel. Hay momentos donde le agradezco al destino haberme apartado de tu lado. Pero a veces me responde. Cruel. Me dice que él no ha sido. Que has sido vos la que se ha ido, la que me ha dejado, la que me ha abandonado. Y entonces me siento solo, vacío, indefenso mas aún cuando no hay nada contra que defenderse. Niño. 

Vuelvo a los otros brazos, vuelvo a refugiarme entre las piernas de otra mujer, una que sabe tocarme, una que me hace el amor... una que no llegará nunca a hacerme sentir lo que sentía con vos, aquella intensidad que parecía infinita, aquella que nos hizo temblar contra el poste del semáforo cuando ya creíamos que todo se había perdido. Yo siempre pude sentir tu aroma, mas allá de tu perfume, tu piel mas allá del maquillaje, tus besos sin gusto a frutilla... yo pude creer en vos, cuando dejaste de creerme, cuando dejaste de quererme. Cuando hiciste lo imperdonable... te extrañé, te extrañaré por siempre. 

Pero has dejado lo mejor de mi. Y es eso lo que hace superar este y superarme en los momentos. Has dejado lo mejor de mi sin siquiera haberlo probado. Y eso te hace olvidable, quizás también para siempre. Hay momentos en los que sinceramente logro olvidarte. Perdido en otros brazos; abrazado a otras caderas.  Momentos efímeros donde creo que puedo ser feliz sin respirar el aroma de tu piel. Pero otras veces el viento te devuelve, con la excusa de la lluvia, con la excusa del mismo relato repetido cien veces. Sé con certeza que la otra siempre será otra. Me pongo triste, te extraño, un brazo tierno como de madre vuelve a llevarme a su lado, me pide que duerma, acaricia mi espalda, y me duermo, y vuelvo a olvidarte. Momentos.