Mi madre y yo vivíamos en este valle tan hermoso, tras la frontera del sol. una noche el viento se la llevo y yo salí a caminar, dispuesto a conocer el mundo. - un día llegué a la gran ciudad y vi muchas cosas nuevas, que aun no puedo entender. ahí donde hay tantos colectivos hasta hay un tren que va bajo tierra y no les faltará un aéreo. - vivían en pequeñas montañitas casas como de un hornero, uno encima del otro sin embargo les cuesta saludar, sonreír y agradecer, parece que les cuesta ser feliz. - hijo yo no entiendo esa gente loca que dice no poder vivir en un mundo sin Internet. parece que no pueden caminar sin un teléfono en la oreja, sin autos no pueden correr. - hasta esas raras vestimentas esos raros cortes de moda, como tratar a una mujer. a la noche le quedan pocas estrellas y el día que es frío, tiene un color muy extraño. - vivir más allá de la frontera del sol donde el día puede ser de noche donde la noche puede suceder de día. - - probar en MI_ DO_ SOL_ RE DOS TIEMPOS P
En diciembre del año pasado, fui a cambiar el teléfono a las oficinas centrales de Movistar Buenos Aires en la calle Honduras. Me ofrecieron una serie de descuentos si aceptaba la tarjeta de crédito Itau, sin costo, sin cargos de mantenimiento, exclusiva para los clientes de la compañía. Eran tan buenos los descuentos que ofrecían que la acepté. No solo no me hicieron ningún descuento, ni reintegro, sino que me cobraron la financiación del teléfono, me encajaron un seguro (dos si contamos el de vida), me cobran mantenimiento y gastos varios y ahora me cobran- y no queda otra que pagar- un costo de renovación anual de 1650 pesos más iva. (Imposible no acordarme de la canción de Bersuit del boludo que paga). Quise hablar con los ejecutivos de cuenta del banco Itau, pero resulta que no están autorizados para atender ese "producto" (Itau- movistar) y que solo atienden por teléfono. Intenté comunicarme, como en muchísimas ocasiones, esta vez desde el teléfono de la misma suc
La copa rota no es cáliz, ni Cádiz, ni nada, Mi mano torpe ya no sube hacia tu vientre. Sigo buscando sin buscar mientras pasan los días ya no hago nada de todo eso, ni aquello tu recuerdo esté siempre presente y no lo sueño mis sueños son mas mundanos e inútiles que nunca. Ya no quiero que vuelvas a ninguna parte donde no estoy y no puedo encontrarme la indiferencia comienza a ser constante. Hablo pero no digo nada y escucho aunque no calle intentando atrapar un instante que valga la pena de vagar y penar por los pecados pasados. No volveré tampoco a ningún sitio los besos sin sabor, las caricias sin dolor parecen conformarme tan lejos de vos y de mi, sin credo, ni celo, ni amor. La copa rota no es cáliz, ni Cádiz, ni nada, Mi mano torpe ya no sube hacia tu vientre. Aj Baccaro
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