Tolerancia con manchas de Cabernet

Es hora de descorchar una botella de vino, hoy puede ser un cabernet, copa templada, un hielo que me recuerda que a veces, depende lo pesada que cae la noche, peco de poco fino. No la estoy tratando bien a la vida, pero al fin y al cabo que ella hace lo mismo conmigo. A veces, es muy fácil perderse en los atardeceres pesados, confundir al sexo al unísono de las relaciones y la masturbación. Qué nos hace ir a esos lugares donde nos encontramos tan extraños como en el espejo de una mañana de muchas primaveras. 

Más que un "into the wild" esto es un "into de wine", pero discúlpenme si les digo que pocas veces he estado más cuerdo que esta noche dónde pierdo la coherencia una vez más. ¿A dónde querías ir cuando terminaste acá? 

El amor lo cura todo excepto la falta de amor u otro amor roto. Eso no lo cura nada. Ante la falta de amor, es mejor de hacerse de buen sexo desenfrenado y mucha plata. No lo cura, pero lo disimula bastante. Ser un alguien sin amor y encima mal cogido es algo insoportable para uno y para la sociedad en general. Debiera haber planes sociales para esto de lo que estoy hablando. 

Sin dudas la vida se recorre más gratamente bien acompañado, por amigos, por la pareja, por la familia y si hay algo jodido muchas veces suele ser la familia. Por eso hay que comulgar en ella muchas veces, todas las que sea necesario, como en uno mismo, todas las noches, todas las mañanas. 

Pero el motivo que me inicia a escribirles esta noche no es ninguno de estos. Hoy quiero hablar de nosotros, no de ellos, no de vos, no de mi, de nosotros. ¿Como hacemos para ponernos de acuerdo? ¿Cómo hacemos para llevarnos mejor? Piensa en las personas con las que interactuaste en lo que va de la semana y preguntate si no has sido algo intolerante. Seguro que si, igual yo, eso somos nosotros, intolerancia. Quizás este escrito no vaya dirigido a personas que vivan por ejemplo en Aruba, pero algo en mi piel me dice que si, que esta regla de ser intolerantes a hecho escala en el mundo entero y globalizado. Aun, si suponemos que vos que me estás leyendo en este momento no sos intolerante, entonces te pido, con toda tu paciencia, me ayudes a encontrar un camino a la comunión que tanto necesitamos. 

Como si se tratase de una enfermedad, es bueno pararse frente al espejo y reconocerse uno como intolerante. Y, sin dudas, yo soy un intolerante. Soy intolerante conmigo mismo y con todo el mundo. Cierto es que he confundido esta intolerancia con el inconformismo y , cierto es, que son dos cosas diferentes. Nada nos conduce más rápido a la mediocridad que ser intolerantes y hablo por experiencia propia. Si hasta llega el caso, en Argentina, de lo intolerantes que somos que el estado hace una publicidad audiovisual con los ejemplos de nuestra intolerancia indicándonos que exijamos nuestra factura. Y como nos gusta exigir nuestras facturas. Nos gusta ir por autopista sin pagar peaje, eso es claro como el agua que sale del grifo en otros países. 

Es cierto que los últimos escritos de este blog parten de la "queja" o el "reclamo" a las compañías de servicios. Lo malo, justamente, de ser intolerante es no saber hasta que punto un reclamo es justo o es solo una queja. Por eso, el ejercicio que propongo el día de hoy, a modo de que lo que escribo deje moraleja, si el que no coje se deja, cómo aprendemos a ser mas tolerantes y vivir un mejor "nosotros". 

Sinceramente, 
Lic. Aldo Baccaro. 




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Mas allá de la frontera del sol

Itau- Movistar Master Card curro

10 años