Erase una vez...
Una vez,
conocí una bella chica. No recuerdo bien cómo ni cuándo la conocí. Pero sí que
era muy hermosa. Ella había aparecido como si creyera, yo o ella, en los
milagros. De hecho, su aparición ante mis ojos me pareció angelical. ¿Había
soñado antes con ella? ¿Quizás lo había hecho algún par de veces? Por alguna
extraña razón, sentía el lazo de la magia entre nosotros, un hechizo divino, un
algo sin explicación que no había sentido nunca y tenía muchas ganas de sentir.
Ella había venido a conocerme, a mí, un desconocído, pero que sin embargo
quería conocer con unas ganas también inexplicables. ¿Había soñado conmigo ella
alguna vez? ¿Quizás algún par de veces?
Y nos conocimos, durante algunos
años estuvimos conociéndonos. Enamorándonos, jugando, probando todo tipo de
amor, de pasión, conociéndonos hasta el último rincón de nuestros cuerpos, de
nuestras miradas, de nuestros pensamientos, de nuestros sueños, recorriéndonos
el uno al otro y a veces juntos los dos, recorriéndonos, conociéndonos. Hasta que finalmente nos conocimos. Y eso fue
todo. Allí se acabó. Sín antes ni después, cuándo nos conocimos.
ALDO JAVIER BACCARO.
Comentarios