Pañuelitos de colores


Mientras escribo y describo las venturas de un amor nunca correspondido me pregunto que hay detrás de tantos pañuelos de colores y por qué se festeja tanto la imbecilidad.
Y esto merece una explicación. La razón de un argumento es contextualizar una hipótesis propuesta. Sin embargo, en post de acompañar o reforzar una postura- cosa muy distinta a una propuesta- he leído y escuchado cosas que bordean el horror. Justificar la legalización de un delito porque es peligroso o recurrente; comparar el secuestro con el aborto o la interrupción de un embarazo, comparar bebes con cachorros de perros o la defensa de un ser por nacer con la caridad respecto a una persona en situación de calle (entre otros).
Pero, en ambas partes, quedó fotografiada la necesidad del ser social por prohibir o condicionar al otro.   Es por esta razón, que no me resulta un debate digno de ser festejado. La grieta dentro de la grieta, una línea que hoy es una cruz, de la que se destacó nuestra verborragia violenta.
Por qué queremos imponer al otro "lo correcto" por la fuerza, aun cuando nosotros mismos solemos equivocarnos. Por qué juzgamos y no nos gusta ser juzgados... por qué prejuzgamos tanto aun sabiendo que eso es malo.
Y- por si alguien pregunta cual es la postura de este personaje roanroliento- me pregunto quién tiene la autoridad suficiente para obligar a otro a ser padre/ madre y quién la tiene para obligar a otro a dejar de serlo. Hay cosas que deben quedar en la intimidad y particularidad de las personas que- si bien queda claro que nos parecemos y somos sujetos sociales- por suerte somos únicas tanto como nuestras relaciones. Es por eso, que no hay debate que resulte constructivo si no es en el intento por abandonar la hipocresía. Hay situaciones que no se pueden ni penalizar ni legalizar, sobre todo las que impactan o surgen en la intimidad, y es- creo yo-  el "aborto" una de esas.
Queda claro que en un sistema de salud pública, la atención y contención a las mujeres y parejas que atraviesan por esta situación debe ser inteligente y criteriosa y- como en muchos otros casos- radicar en la responsabilidad del profesional competente.  Dejemos a los médicos hacer su trabajo.
Los jueces solo juzgan, las leyes no son la realidad, sino condicionantes sociales producto de la demagogia y la codicia de quienes logran imponerse sobre el otro.
Y lo que esta semana se impone en mi país es la necesidad de un gobierno por distraer a un pueblo una crisis que terminó de explotar un poco antes de lo previsto, apenas antes del mundial de fútbol. De la cual, no creo que salgamos antes de su final y... ojalá gane Argentina #Rusia2018, porque solo ese dulce podrá apenas intentar contener el sabor amargo de la desolación y desesperación que inundará el aire argentino dentro de los próximos meses.
Me gustaría estar equivocado, espero el tiempo- que es escaso- no me dé la razón. Pero este debate tan álgido no contempla ley alguna al problema de chicos con hambre y padres sin trabajo que como una bola de nieve suma volumen en Argentina y amenaza el valle fértil que alguna vez creímos tener.  Por más que tapemos el sol con la mano...
Martin X.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Mas allá de la frontera del sol

Itau- Movistar Master Card curro

10 años