EL INMORTAL
Gente: aca va una serie de relatos que se irán sucediendo en breves capítulos y / o entregas; esta recopilación de escritos cronológicos lleva el nombre de "Relatos de un inmortal"... espero que os guste.
Aldo
...
...
RELATOS DE UN INMORTAL
Ensayo Abierto
*El inmortal es el que traspasa los límites de la muerte, puede ser no- vivo, puede ser no- muerto.
Ensayo Abierto
*El inmortal es el que traspasa los límites de la muerte, puede ser no- vivo, puede ser no- muerto.
...
Parte 1
: webcap1
: webcap1
Hay un niño jugando en un basural. Solo en el medio del campo. Juega con las botellas. Juega en un auto abandonado. Rompe, arregla, inventa, sueña, imagina, es conciente de su soledad, parece disfrutarla; pero es conciente al mismo tiempo de que no hay nadie con quien compartirla. Como huérfano. Perplejo, complejo, observando como las moscas juguetean con la mierda... hace fuerza, aprieta el culo queriendo aguantar y se caga encima... placer... culpa... vergüenza... soledad... venganza solitaria... el problema será cuando los demás se den cuenta. Ellos, que son tan perfectos, tan ajenos, tan lejanos de la mierda.
..
Sentado frente a la hoguera
Recuerdo un amor que duró un solo instante, para ser olvidado. Lo que pudo haber sido, no fue. Su sencillez, su piel, su silueta, su boca, esos labios, sus ojos, su mirada, sus piernas, sus ojos... esa maldita mirada, la odio, odio esa mirada... podría jurar amor por esos ojos.
Avanzar mas de la cuenta es quizás peor que no haber avanzado, es perder lo que se tuvo, es saber que se podía tener y no se tiene, incertidumbre nostálgica; hubiera sido mejor no haber avanzado, no conocer, no querer lo que uno cree que no se puede tener, en vez de querer lo que ya se tuvo y ya no se tiene. Y yo me abrí totalmente ante sus ojos, me sinceré pasionalmente con una propuesta de amor tan difícil de sostener como de aceptar; ella simplemente la dejó pasar, me dejo pasar de largo demostrándome lo rápido que caí en la seducción de esos ojos y esos labios. Ninfa, ella es una ninfa, a punto de ser mujer, ninfa.
La mente vuela.
Solo, sentado, mas bien recostado en el sofá, la pantalla del televisor prendida solo para molestar el ambiente -creo que pasan una publicidad de alguno de esos estúpidos productos inservibles de compra directa, donde las anfitrionas están mas que buenas, tanto que uno quizás compra el producto tan solo por pensar en ellas.- el equipo musical en la mitad de su volumen: Deep Purple, “Perfec stranger”. Eso me siento, en medio de mi living, un perfecto extraño, con mis jeans gastados, mis zapatillas del 70, mi camiseta transpirada y los pelos dados vuelta de tanto agarrarme la cabeza. Puedo verme reflejado, perfectamente, perfectamente extraño para un tipo que jura ser feliz... pero esa es la manera de mentirme a mi mismo, a veces logro convencerme, otras estoy cerca, pero aunque mas no sea, sirve para tratar de no darme cuenta lo estúpidamente infeliz que soy y lo mas que puedo ser. Prendo un cigarrillo y reflexiono, que estúpida pregunta: ¿y si esa era la mujer de mi vida? Pero luego me cuestiono si era correcto el intentar recuperarla. ¿El preguntarme a mi mismo si me estaba mintiendo era la forma de consolar y apañar la cobardía de no buscarla por miedo al rechazo?
Volvemos a lo mismo, de esa manera cobarde yo podría pensar en que de haberla abordado me hubiese rechazado; pero... ¿podría vivir con el sentimiento nostálgico de saber que la tuve, que podría estar en mis brazos; esa mezcla de esperanza, miedo y deseo?.. incertidumbre nostálgica.
No fue la mujer, no fue el amor lo que me preocupó. Fue todo lo otro, todo aquello que hace que un joven como yo pierda la cabeza por una mujercita con la que estuvo tan solo una semana. Lo bohemio de mi departamento, no sé si realmente es por falta de recursos o intencional, pero depende de los ánimos decidir si es un asco o si tiene toda la onda juvenil de mis 22 años. Me compré un televisor.
Tomo la guitarra, bajo el volumen del estéreo y me pongo a tocar blues. Tan patética podía ser la vida, tan lejos podía estar uno de su futuro si para el presente quería algo mas que una corrida de toros o galgos mal alimentados. Un amigo mío suele decir que somos como el burro tras la zanahoria, que nos la muestran y la seguimos fingiendo cierta pasión, pero que en el fondo bien sabemos que nunca la atraparemos y que aun si así lo hiciésemos solo sería un acto de azar. Son tantas las posibilidades de que esa comparación sea correcta como que no encuentro ninguna posibilidad de lo contrario.
Pero sigue eso otro, el amor...
Debo estar en la edad de cuestionarlo todo, o así soy yo. Pero tiene que haber otras alternativas de vida. Se puede ser feliz y aprovechar la vida sin estar continuamente corriendo en esa competencia voraz de las grandes capitales; pero claro ... ¿y el paso a la posteridad? ¿el reconocimiento público? o acaso yo al escribir no espero que alguien comprenda mi pensamiento y asienta con el intento de buscar respuestas y soluciones a estos problemas.
La vida parece ser una cuestión de política, lucha continua por el poder, una ardua competencia que alguna vez creí que en las pequeñas ciudades no existía, ni en los pueblos, ni en los campos, los bosques, las montañas, ni en aquellos lugares donde la gente parece ser feliz con menos de material y mas de natural, ”tan cerca del mar”, hasta que luego me di cuenta de que tan solo eran las competencias inferiores, o de menor escala...” la grande se corre en capital.”
Todo lo que se deja para mañana se hace pasado, o pasado mañana, o dentro de meses.
Recuerdo un amor que duró un solo instante, para ser olvidado. Lo que pudo haber sido, no fue. Su sencillez, su piel, su silueta, su boca, esos labios, sus ojos, su mirada, sus piernas, sus ojos... esa maldita mirada, la odio, odio esa mirada... podría jurar amor por esos ojos.
Avanzar mas de la cuenta es quizás peor que no haber avanzado, es perder lo que se tuvo, es saber que se podía tener y no se tiene, incertidumbre nostálgica; hubiera sido mejor no haber avanzado, no conocer, no querer lo que uno cree que no se puede tener, en vez de querer lo que ya se tuvo y ya no se tiene. Y yo me abrí totalmente ante sus ojos, me sinceré pasionalmente con una propuesta de amor tan difícil de sostener como de aceptar; ella simplemente la dejó pasar, me dejo pasar de largo demostrándome lo rápido que caí en la seducción de esos ojos y esos labios. Ninfa, ella es una ninfa, a punto de ser mujer, ninfa.
La mente vuela.
Solo, sentado, mas bien recostado en el sofá, la pantalla del televisor prendida solo para molestar el ambiente -creo que pasan una publicidad de alguno de esos estúpidos productos inservibles de compra directa, donde las anfitrionas están mas que buenas, tanto que uno quizás compra el producto tan solo por pensar en ellas.- el equipo musical en la mitad de su volumen: Deep Purple, “Perfec stranger”. Eso me siento, en medio de mi living, un perfecto extraño, con mis jeans gastados, mis zapatillas del 70, mi camiseta transpirada y los pelos dados vuelta de tanto agarrarme la cabeza. Puedo verme reflejado, perfectamente, perfectamente extraño para un tipo que jura ser feliz... pero esa es la manera de mentirme a mi mismo, a veces logro convencerme, otras estoy cerca, pero aunque mas no sea, sirve para tratar de no darme cuenta lo estúpidamente infeliz que soy y lo mas que puedo ser. Prendo un cigarrillo y reflexiono, que estúpida pregunta: ¿y si esa era la mujer de mi vida? Pero luego me cuestiono si era correcto el intentar recuperarla. ¿El preguntarme a mi mismo si me estaba mintiendo era la forma de consolar y apañar la cobardía de no buscarla por miedo al rechazo?
Volvemos a lo mismo, de esa manera cobarde yo podría pensar en que de haberla abordado me hubiese rechazado; pero... ¿podría vivir con el sentimiento nostálgico de saber que la tuve, que podría estar en mis brazos; esa mezcla de esperanza, miedo y deseo?.. incertidumbre nostálgica.
No fue la mujer, no fue el amor lo que me preocupó. Fue todo lo otro, todo aquello que hace que un joven como yo pierda la cabeza por una mujercita con la que estuvo tan solo una semana. Lo bohemio de mi departamento, no sé si realmente es por falta de recursos o intencional, pero depende de los ánimos decidir si es un asco o si tiene toda la onda juvenil de mis 22 años. Me compré un televisor.
Tomo la guitarra, bajo el volumen del estéreo y me pongo a tocar blues. Tan patética podía ser la vida, tan lejos podía estar uno de su futuro si para el presente quería algo mas que una corrida de toros o galgos mal alimentados. Un amigo mío suele decir que somos como el burro tras la zanahoria, que nos la muestran y la seguimos fingiendo cierta pasión, pero que en el fondo bien sabemos que nunca la atraparemos y que aun si así lo hiciésemos solo sería un acto de azar. Son tantas las posibilidades de que esa comparación sea correcta como que no encuentro ninguna posibilidad de lo contrario.
Pero sigue eso otro, el amor...
Debo estar en la edad de cuestionarlo todo, o así soy yo. Pero tiene que haber otras alternativas de vida. Se puede ser feliz y aprovechar la vida sin estar continuamente corriendo en esa competencia voraz de las grandes capitales; pero claro ... ¿y el paso a la posteridad? ¿el reconocimiento público? o acaso yo al escribir no espero que alguien comprenda mi pensamiento y asienta con el intento de buscar respuestas y soluciones a estos problemas.
La vida parece ser una cuestión de política, lucha continua por el poder, una ardua competencia que alguna vez creí que en las pequeñas ciudades no existía, ni en los pueblos, ni en los campos, los bosques, las montañas, ni en aquellos lugares donde la gente parece ser feliz con menos de material y mas de natural, ”tan cerca del mar”, hasta que luego me di cuenta de que tan solo eran las competencias inferiores, o de menor escala...” la grande se corre en capital.”
Todo lo que se deja para mañana se hace pasado, o pasado mañana, o dentro de meses.
...
Aldo J. Baccaro
Comentarios
un abrazo
un abrazo